Facebook continúa revelándose como una fuente inagotable de información. Y no solo para enterarnos de que un conocido blogger, a quien no me corresponde mencionar, pretende eludir sus sagradas obligaciones laborales después del fin de semana largo. ¿No, Tanhäuser?
También nos puede suceder que dejemos a nuestra hija en la casa de un amigo para asistir a una fiesta de adolescentes, desde la tarde del sábado al domingo a la mañana. ¿Qué harán en esas reuniones? Lo ignoro. Confío en la educación que le dimos (de alguna manera hay que llamarla) y rezo al Dios de los ateos.
Por suerte, el dueño de casa no resiste la tentación de documentar tan magno evento subiendo 8754 fotos en Facebook. Fotos que me tranquilizan porque me permiten confirmar que mi hija no estuvo participando de una orgía. O por lo menos, si lo hizo no fue fotografiado y puesto en Facebook.
Que es casi como si no hubiera sucedido...
7 comentarios:
A punto de entrar en un ataque de ostracismo, mudarme a siberia o enclaustrarme para siempre confieso que casi no lo conozco!!! Vi uno hace tiempo, pero me parece que ni parecido al desarrollo que tienen ahora. Voy a tener que aggiornarme o exilarme del cybermundo. Cariños
¡Ana. lo tuyo es muy grave! Pero no te preocupes porque todavía podés volver al mundo. Cuando quieras te mando una invitación. No me lo agradezcas. Simplemente no te puedo dejar así...
Ojos que no ven... madre que no se angustia.
Quedate tranquila que lo unico que se hace es charlar charlar y charlar, ademas de que a veces se forma alguna pareja. Con mis amigos (ya tenemos 21 años) seguimos juntandonos asi y ademas de charlar ahora cocinamos, vamos progresando.
Besos!!
Irene, esa es la idea.
Danu, te tomo la palabra :-)
Genial la frase final!!!
Es tal cual, lo que no se publica, no existe. Solo pasa si puede ser mirado por otro.
Tolenti: por lo menos para el corazón de una madre es más fácil ignorarlo :-)
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