lunes, septiembre 01, 2008

Mi casa, mi reino



Mi niñita de 8 años me dice, "vos sos la reina, mi hermana la princesa n° 1, yo la n° 2 y papá es el rey desterrado".
¿Para qué se escribirán tantos libros sobre cómo explicarles el divorcio a los niños?



Anoche, la pequeñita me preguntó por qué la gente se droga. Al principio, no sabía bien qué contestarle, pero fiel a mi candorosa idea de que jamás se le debe mentir a un niño (excepto en 400 ó 500 situaciones límites sujetas a revisión y ampliación), empecé a decir:
—Bueno... supongo que las drogas te pueden hacer sentir cosas distintas... te hacen sentir más tranquilo o más contento...
—LAS-DROGAS-SON-MALAS —surgió una voz desde el dormitorio de su hermana—. SON-HORRIBLES-Y-NUNCA-NUNCA-NUNCA-DEBE-ACERCÁRSELES.

Un rato después me justificaba: "trataba de explicarle a tu hermana las razones por las cuales la gente consume drogas" (De paso , ¿alguien me puede decir por qué la gente consume drogas?) "No, no, no, esto no funciona así", me replicó, "primero le lavás el cerebro (se lo pulís y encerás, si es necesario) y después, mucho después, cuando tenga 18, podés aludir vagamente a las razones por las cuales alguien podría siquiera pensar en drogarse. Mientras tanto, cada cinco palabras tenés que decir Las drogas son malas. Verbigracia: '¿me traés la toalla que lasdrogassonmalas está en el estante?' '¿qué tarea tenés hoy para lasdrogassonmalas hacer?'
Analizando lo que había dicho, se quedó en silencio un segundo.
"Bueno, como estoy especialmente bondadosa, más menos una palabra si rompe estructuras gramaticales."


Extraído de la realidad, a cuatro manos por Alicia y Miyo (la hermana responsable/tirana) (M.—Prefiero "de convicciones firmes")