Después de muchos años trabajando como médica ginecóloga, considero que las dos grandes ventajas de mi profesión son :
- A nadie le extraña que tengas la puerta trabada o que no contestes cuando te golpean. O sea, que si tenés un rato libre podés leer, comer o limarte las uñas tranquila.
- Siempre tenés un baño privado disponible. Por ley, los consultorios de ginecología tienen que tener un baño exclusivo
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