sábado, julio 14, 2007

Yo confío en mi hija


Una mañana, una de mis pacientes me trae a la hija para que la viera. La chica tenía 17 años, pero su actitud retraída la hacía parecer menor.
El motivo de consulta era que la chica estaba hinchada.
Por favor pensé, seguro que está distendida. ¿Será posible que todos los idiotas del mundo vengan al molestarme al consultorio?
¿Desde cuando la nota hinchada? No sabe, desde hace un tiempo.
¿Fecha de la última menstruación? No se acuerda. ¿Te vino este mes? Sí.
¿Estás de novia? (eufemismo que de contestar sí continúa con ¿Tenés relaciones?) No, no. La chica niega con énfasis. La madre me dice: "Yo tengo una excelente relación con mi hija y ella me cuenta todo. Confío en ella y ni siquiera sale con chicos".
En general cuando pregunto a una adolescente si tiene relaciones sexuales trato de hacerlo a solas. Cuando la madre no se despega y no me queda otra lo pregunto igual. Si me dicen que sí, lo doy por hecho. Si me contestan no, lo doy por no preguntado y me anoto mentalmente echar a la madre en algún momento para poder volver a preguntarlo.

En este caso, no sé porqué, acepté lo que me decían sin dudar. Le pedí a la chica que se descubriera la panza y se recostara en la camilla. Mientras lo hacía ya me veía revisándola someramente y diciéndole a la madre "está un poco distendida, puede estar un problema intestinal, consulte con el clínico para que le haga algunos ajustes en la dieta". Mientras pensaba esto la ví de perfil a contraluz y una voz interna me susurró "está embarazada". Inmediatamente me dije "no, no puede ser, me dijeron que era virgen y la verdad, les creo".

Al tocarle la panza no descubro que está abombada por algo duro, algo así como ¿partes fetales?. Incrédula, se me ocurre la terrible posibilidad de que tuviera un cáncer de ovario y que yo estuviera acusándola de estar embarazada. Para averiguar que era eso, las mandé a ecografía. Al rato me golpean la puerta. Era mi paciente-mamá desencajada. Me tiende una ecografía donde leo "feto de 32 semanas...." ¡Por Dios, tiene un embarazo de casi 8 meses! ¿Puedo ser más crédula? Pero la que estaba totalmente destrozada era la futura abuela. Me dijo:
-Doctora, yo...yo no sé qué pensar. Nunca creí que mi hija me iba a mentir de esa manera. ¿Puede creer que mientras esperábamos para la ecografía le pregunté si había tenido relaciones y me lo siguió negando?

Lo único que había percibido con claridad era su actitud infantil. Porque sólo alguien muy inmaduro cree que si algo se niega con el suficiente empeño desaparece mágicamente. Como a veces pasa en esos casos, el parto fue prematuro y a menos de un mes de haberse enterado el bebé llegó, y tuvo su lugar en el mundo. La última vez que las ví, la abuela se había hecho cargo de la crianza. Después dejé de trabajar en ese consultorio y no supe más de ellas.

12 comentarios:

Rossana Vanadía dijo...

Creo que a veces más que confianza le metemos miedo, que se traduce como pànico a contarnos y entonces ocultarnos. Tan chiquita...

Hurricane dijo...

Realmente debés tener cada caso como profesional... en algunos que comentaste la sonrisa es inevitable, y otros (como este) sirven para poder revisar nuestro rol. Lo leo, pienso en mis dos niñas y me pregunto ¿como estás haciendo las cosas?

Alicia R. dijo...

Rossana, como obviedad puedo decir que era una relación que no funcionaba, pero no las conocí lo suficiente como para saber que pasaba. Besos.

Hurricane, yo creo que tengo muy buena relación con mis hijas y que no desconozco nada importante de sus vidas. Pero la verdad es que desde este caso me da miedo decirlo ;-). No sea que me tenga que comer mis palabras...

Ana C. dijo...

La vida de la médica sí que es interesante ¿eh? Casos como ése deben ser excepcionales, o muy raros. Por suerte.

Un beso

Alicia R. dijo...

Por suerte, la mayoría del trabajo es tomar muestras para Papanicolau, dar anticonceptivos,tratar infecciones vaginales y charlar con las pacientes. Menos mal :-)

Ana dijo...

Que terrible para la madre!! Es un tema que siempre me inquieta. Soy de las que creo tener bastante diálogo con mis hijos, pero siempre guardo un porcentaje de duda sobre qué pasará en realidad en su vida y qué de los que me cuentan es lo políticamente correcto, es lo que la madre quiere y debe oír. Me pasa por ejemplo con el tema del consumo de marihuana, que anda rondando a toda la barra de mi hijo mayor... aunque sé diferenciar consumo de adicción el tema no deja de preocuparme. Cariños

La otra parte de mí dijo...

que terrible situación,Alicia...mientras te leía me acordé de una película argentina en donde la protagonista estaba embarazada(creo que era Andrea Del Boca)y la madre se enteraba en el hospital,era una situación muy graciosa...pero esto no fue una pelicula,fue real y me parece ficción...que manera de negar la realidad de ambas!!,que ignorancia la de esta chica...que pensaba?que no iba nunca a parir?que desconección entre madre e hija!!será inevitable que nos plantiemos la relación con nuestros hijos luego de leerte.

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

totalmente de acuerdo con lo que dice rossana!.

Alicia R. dijo...

Ana, obviamente me identifico más con la madre. Yo también confío en mi hija, pero nunca hago alarde porque me da miedo decirlo :-)

La otra parte de mí, tenés razón. Visto desde afuera parece muy loco, pero el poder de la negación es increíble.

Cyn, somos dos. Besos.

Rocío Ricci dijo...

Santo Dios, Ali... Cómo hacés para no pegarle un bife a la madre por salame!? Es obvio que lo que le pasó a la chica es por culpa de la represión espantosa que le impusieron en la casa!...

Bah... La verdad es que eso nunca se sabe... No se que pensar, pero me re dolió leer.

Alicia R. dijo...

Pumplafiz!, yo tampoco sé bien que pensar. Como ya dije no llegué a conocerlas tanto como para saber que relación tenían. Además, a pesar de lo que Freud digo, no TODO es culpa de las madres ;-)